sábado, 22 de septiembre de 2012

Mi Buenos Aires querido


La Avenida 9 de Julio en vista aerea

Recientemente tuve la oportunidad de viajar a Buenos Aires. No puedo contar las incontables veces que me recomendaron que visitara la capital de este hermoso país, así que después de algunos intentos fallidos finalmente pude conocer esta hermosa capital suramericana.
Tengo que decir simplemente que me enamore...no quiero que ciudades hermosas a las que he amado por décadas y a las cuales he ido con muchísima frecuencia o incluso vivido sientan celos pero es que Buenos Aires tiene el encanto de mis amadas New York, Boston o Madrid unido a ese no se que tienen las ciudades de Latinoamérica y sin bien en cierto que por mucho tiempo los Argentinos han tenido una tonta fama de pedantes tengo que decir que no existe nada mas lejos de la realidad.
Durante todo el viaje no hubo ni un solo momento en el cual tan falso estereotipo se hiciera realidad, no hubo ni una sola persona que no fuera total, absoluta y completamente amigable, servicial y dispuesto a orientar a dos turistas venezolanos, pudiera decir quizás que nuestra nacionalidad a fin de cuentas era lo único que parecía causar curiosidad ante la tan convulsionada realidad política del país pero nunca fuimos objeto de una sola señal de patanería.
De la ciudad puedo decir que es encantadora.  No puedo en este momento como venezolana dejar de sentir un poco de nostalgia por el famoso lo que pudiera ser y no es...pero eso sería materia de mil y un blogs.  Volviendo a la hermosa Buenos Aires debo decir que disfrutamos uno y cada uno de los 6 días que duró el paseo, creo que básicamente porque tomamos la determinación de no abarcar más de lo que podíamos y decidimos disfrutar al máximo lo que nos diera tiempo de hacer es decir separarnos un poco del turista que piensa que conoce el Louvre porque vio la Monalisa y ser un poco más el turista de a donde nos lleve el río.
Que puedo recomendar entonces del viaje y que me funciono?
1. El autobús de dos pisos que recorre la ciudad.  Decidimos tomarlo con el ticket abierto de 48 horas, de esta manera nos dio tiempo de recorrer la ciudad de punta a punta y bajarnos en los lugares que nos llamaron la atención.  En este recorrido y con esta ventana de tiempo pudimos ver el stadium del River, el planetario, el campo de polo, la zona de Palermo, Palermo Hollywood y el barrio chino el primer día y el segundo día lo tomamos para la parte de la ciudad que nos faltaba incluyendo la casa rosada, el obelisco, la plaza de mayo, el congreso, la Av. 9 de julio y haciendo una primera parada en el barrio de San Telmo (que por ser domingo tenía un ambiente de bazar increíble) para finalmente retomar el bus y terminar con el stadium del boca y caminito.  Un súper tip? En verano funciona hasta las 10 de la noche así que sí se toma el ticket de 48 horas después de las 4 de la tarde que baja el calor entonces se puede aprovechar por 3 días hasta que terminen las 48 horas.

Mafalda espera en San Telmo para quienes quieren tomarse fotos con ella

2. Quedarnos en la zona de La Recoleta fue muy buena elección, mejor ubicación imposible todo a menos de pocos minutos caminando y Alternativas increíbles de atracciones, gastronomía y diversión.  El hotel boutique en el que nos quedamos tenía tarifas razonables e incluía buenos desayunos. Mi queja? El hotel tenía habitaciones con vista o sin vista y cuando reservamos una con vista no nos aclararon que la vista era al cementerio de la recoleta, sin lugar a dudas un poco espeluznante ver todos los máusoleos a la tétrica luz de la luna de las 3 de la mañana.
3. Cafe con tango. Algo que consegimos al hacer en una transversal que descubrimos mientras caminábamos por la Av. 9 de julio. Totalmente autóctono mucho más espontáneo que el show de tango y con aperitivos incluidos con el precio de los tragos.
4. Compras. A pesar de que no se trataba de un viaje de compras siempre queda tiempo para husmear. Recomiendo especialmente la zona de los outlets. Especialmente a la ropa lacoste la mejor relación precio valor que conseguimos en el viaje.
Plato del Restaurant Miranda - Incomparable
5. Comida. No se cómo describirlo.  Soy una persona afortunada que ha tenido la maravillosa oportunidad de viajar y comer en lugares esquisitos por todo el mundo, pero la comida en buenos aires tiene algo y es que siempre es buena, desde las milanesas de una franquicia, hasta el menú de un restaurante chic de Palermo Hollywood pasando por las pascualinas de la avenida Alvear o la pizza de la primera pizzería que consigas....y eso si todo con dulce de leche cada postre tenía la opción del dulce de leche extra, definitivamente el único viaje que he hecho donde por ser la comida tan deliciosa no he sentido remordimientos de dieta pues seria impensable pensar en dieta ante tales maravillas culinarias.  Sobreestimado siga la vaca...definitivamente se puede conseguir carne de mucha más calidad sin embargo aún así vale la pena conocerlo por ser un punto turístico. 



Simplemente y como dice el tango mi Buenos Aires querido cuando yo te vuelva a ver...

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